Es una novela española anónima y picaresca, escrita en primera persona y en estilo epistolar. Se publico en 1554 (siglo XVI).
LA NOVELA:
Trata de un muchacho llamado Lázaro, que nació a orillas del río Tormes, hijo de Tomé González y Antona Pérez.
Lázaro y su madre se van a vivir a una ciudad, y allí su madre conoce a un ciego, el cual dijo que muchacho podría ser de gran ayuda para él, así que su madre dio permiso y el muchacho se marcho con el ciego.
El ciego le trataba muy mal así que Lazarillo se fue, y termino en manos de un clérigo. Este tampoco le trataba muy bien, a penas le daba de comer, así que decidió robarle, el clérigo se entero y Lazarillo fue despedido.
Al no tener donde ir decidió irse a Toledo, allí conoció a un caballero, que seria su nuevo amo. El escudero era un hombre pobre, así que Lazarillo tenía que mendigar y compartir lo que le daban con su amo.
Un día los dueños de la casa en la que vivían vinieron a cobrar al escudero su alquiler, pero el escudero se excuso y desapareció, dejando a Lázaro de nuevo sin dueño. Las vecinas que le habían dado comida varios días decidieron llevar al muchacho al Fraile de la Merced, su próximo amo. Al Fraile lo que más le gustaba era andar, y a Lázaro no le gustaba nada, así que decidió abandonarlo.
Al poco tiempo Lázaro se encuentra con un buldero, de el cual también se canso y después de cuatro meses decidió marchar.
Su próximo amo fue un maestro pintor de panderos, con el cuál duró muy poco.
Lázaro entró a una Iglesia, dónde se encontró con un capellán, siendo éste su próximo amo. El capellán le dió a Lázaro un asno y cuatro cántaros de agua para ir a vender agua por la ciudad. Este fue el primer trabajo que tuvo Lázaro dónde ganaba un sueldo todos los sábados. Estuvo en esas condiciones por cuatro años, y, ahorrando poco a poco, pudo comprarse su primera espada y ropa usada. Después de haber mejorado Lázaro su apariencia , dejó al capellán y también dejó su oficio.
Después Lázaro se asentó con un alguacil. Pasó poco tiempo con el, porque le pareció que el oficio de su amo era peligroso.
Llegó el día en el que el arcipreste de San Salvador vio a Lázaro y lo casó con una criada suya. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado del arcipreste. Luego comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el arcipreste. La mujer de Lázaro lloró mucho por estos cuentos, pero Lázaro la tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos para que no hubiera una intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de estabilidad en su vida, y para él no había nada mejor.
